Círculos de hombres: ¿Por qué?

______________________________________
Los hombres no tenemos un camino señalado. Así como el feminismo inspira y guía a las mujeres hacia un desarrollo y/o evolución bastante claros, el hombre no dispone de esta guía social. El camino del hombre se describe mientras camina, así pues, ¿por qué no ayudarnos haciendo un pedazo de ese camino juntos? ¿O compartiendo cómo han sido partes del camino para cada uno de nosotros?
En las sociedades tribales o comunitarias existen o existían los ritos de paso que permitían al hombre dar el paso de niño a adulto y lo integraban en el grupo de hombres adultos. A partir de entonces, los roles marcados propios del hombre formaban parte del conjunto de actitudes y comportamientos de ese adulto. En las sociedades occidentales del siglo XXI no existen los ritos de paso para los hombres, no sabemos cuándo dejamos atrás la infancia, ni cuál es el papel que se espera de nosotros como hombres. La falta de guía y el rol desdibujado provoca una desorientación que hace que el hombre no sepa cómo comportarse en muchos momentos vitales. Los papeles estereotipados, clichés o clásicos ya no nos sirven ni satisfacen. Pero al mismo tiempo, permite una vida mucho más personalizada y afín a nuestras tendencias de personalidad, nuestros talentos, virtudes y/o conocimientos adquiridos a lo largo de la vida. Cómo realizar este tránsito es una de las respuestas que pretenden ofrecer los círculos.
Para conocernos, para aprender unos de otros, para compartir sin la competición en la seducción, para relajarnos. ¡Por todo esto nos reunimos y nos acompañamos!